Día Internacional del Síndrome de Asperger”
En APAdeA – Asociación Argentina de Padres de Autistas trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA y sus familias. Informar sobre cómo viven las personas con asperger es parte de nuestra misión.
Desde 2007 se celebra el Día internacional del Síndrome de Asperger para concientizar y educar a las personas sobre este tipo de autismo. La fecha conmemora el natalicio del psiquiatra austríaco Hans Asperger, quien describió por primera
vez el síndrome que según criterios actuales de diagnóstico se puede identificar como “trastorno del espectro del autismo (TEA) sin discapacidad intelectual asociada”.
A continuación destacamos preguntas claves para lograr la inclusión social de este colectivo de personas:
¿Cómo se comunica una persona con síndrome de Asperger?
Las personas con síndrome de Asperger tienen dificultad para entender la comunicación no verbal (gestos, expresiones faciales, tono de voz, etc.) y los mensajes sutiles que se transmiten a través de este canal. Por ejemplo, ellos pueden hablar durante mucho tiempo de sus temas de interés, pero tiene dificultad para saber cuándo terminar la conversación. Además, le cuesta elegir temas de los que “hablar por hablar” o tener una charla “social” con otras personas.
La persona con síndrome de Asperger es muy literal; ya que comprende el lenguaje según el significado exacto de las palabras. Esto hace que muchas veces no entiende las bromas, los chistes, las metáforas o los sarcasmos. Su expresión verbal es correcta pero, a veces, utiliza el lenguaje de manera muy formal, siendo demasiado preciso, técnico e incluso pedante.
¿Cómo se relaciona una persona con síndrome de Asperger?
En el aspecto de una relación social, a las personas con síndrome de Asperger le resulta difícil reconocer y comprender las reglas sociales “no escritas” por lo que, a veces, puede comportarse de manera inadecuada sin darse cuenta. Tiene la intención de querer relacionarse con los demás, pero no sabe cómo hacerlo por lo que, a veces, puede encontrarse solo. Es por ello que le resulta muy difícil manejarse en situaciones en las que tiene que interactuar con muchas personas a la vez, lo que puede parecer que no quiere relacionarse o integrarse en el grupo.
Puede parecer que no expresa sus emociones ni tiene en cuenta las de los demás pero, en realidad, es que le resulta muy complejo darse cuenta intuitivamente de cuáles son los sentimientos y emociones de otras personas. Además, encuentra difícil expresar sus propias emociones de una manera convencional por lo que, a veces, puede parecer que reaccionan de manera inadecuada, desproporcionada o “fuera de lugar”.
¿Cómo piensa una persona con síndrome de Asperger?
Si nos metemos en la mente de una persona con síndrome de Asperger, encontramos que su forma de pensar es rígida y concreta. Esto le ayuda en actividades que requieren atención a detalles y repetición de patrones. Sin embargo, tiene dificultades en tareas que requieren flexibilidad o búsqueda de alternativas para la resolución de problemas. Es por ello que es fiel a las rutinas que, en ocasiones, sigue de manera rígida y repetitiva.
Las rutinas le proporcionan a las personas con síndrome de Asperger seguridad y pautas concretas de actuación pero limitan su comportamiento dificultando la adaptación a cambios, situaciones novedosas o poco previsibles. Etas personas tienen intereses muy concretos y específicos sobre los que acumula mucha información y dedica mucho tiempo, convirtiéndose, en ocasiones, en fuente principal de conversación y dedicación. Puede ser extremadamente sensible a algunos estímulos del ambiente, resultándole molestos o dolorosos (ruidos, luces, olores, sabores, etc.).
¿Cómo podemos ayudar a una persona con síndrome de Asperger?
- – Reflexioná sobre los desafíos sociales que afrontas todos los días e intenta ponerte en el lugar de una persona que genuinamente no los comprende ni sabe cómo afrontarlos.
- – Tratá de empatizar con su experiencia y procura comprenderla, aunque a veces sea muy distinta a lo “convencional”.
- – Interesate por conocer bien a la persona, sus gustos e intereses, sus puntos fuertes y débiles, y las cosas que son importantes para ella.
- – Será necesario que hagas explícitos algunos conceptos que para la mayor parte de las personas son obvios, especialmente relativas a las relaciones sociales.
- – Utilizá un lenguaje directo y concreto, sin ambigüedades o dobles sentidos. Esto hará que la comunicación sea más sencilla y satisfactoria para la persona.
- – Comprendé que sus comportamientos no son caprichosos o intencionados. Reflejan una manera distinta de comprender y desenvolverse en el mundo.
- – Comprendé la importancia de sus rutinas y “rigideces”. Son elementos importantes que le proporcionan seguridad. Puedes ayudar a flexibilizarlas sin imponer tu manera de ver las cosas.
- – Preguntá cuál es la mejor manera de apoyarlo. Él o ella te sabrá explicar cuáles son sus puntos fuertes y débiles y cómo prefiere que le ayudes.
- (Fuente: Tododisca.com)