Autismo: ¿inteligencia superior?

(Bárbara Reinhold, Diario Clarín)

La mayoría de las personas autistas tiene un retraso mental, pero hay casos en los que esos pacientes desarrollan una habilidad en áreas cognitivas específicas y hasta pueden ser considerados como genios en esa materia.

En la serie estadounidense “Touch”, Jake, un chico de once años, padece autismo y tiene una capacidad con los números que lo llevan a descubrir secuencias matemáticas conectadas con la realidad. Cuando su padre puede interpretarlo, logran evitar situaciones que podrían ser graves o causar desastres en el mundo.

Ángeles Schteinschnaider, que es neuropediatra y jefa del departamento de neurología infantil de FLENI, sostiene que los chicos con trastornos del espectro autista (TEA), tienen trastornos del desarrollo en diferentes grados, los cuales se manifiestan interfiriendo en su desempeño social, comunicativo y conductual.

Algunas veces, socialmente, se asocia el autismo con una inteligencia superior que, en realidad, sólo se da en algunos casos. El estadounidense Matt Savage, de 20 años, tiene autismo desde su infancia. Se considera que tiene la condición “savant”, es decir, es un genio en materia musical y en su caso toca el piano. Stephen Wiltshire, también autista, es un artista inglés de 39 años que con sólo mirar una vez un paisaje, una ciudad, un objeto, es capaz de dibujarlo con un altísimo nivel de detalle.

Sin embargo, como dice Schteinschnaider, esta condición no es exclusiva del autismo y, según explica, se da cuando una persona que tiene una discapacidad intelectual en general, tiene una habilidad superior a la media para la música, el arte, la memoria o cálculos matemáticos. Mauricio Martínez, investigador en desarrollo temprano y director del departamento de investigación y docencia de la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APAdeA), afirma: “La condición de savant en una persona se estipula que se da en el uno por ciento de la población con autismo”.

En este sentido, el especialista señala que en el autismo casi en el 75 por ciento de los casos hay retraso mental y que esas personas suelen tener cierta predisposición para la memoria literal o el recuerdo de fechas, por ejemplo, pero que esto no implica que tengan una habilidad que sobresalga.

Schteinschnaider explica que la capacidad intelectual puede ser muy variada según el caso. Pero dentro de los TEA existe el autismo de alto funcionamiento intelectual que, según comenta, “se asemeja a la descripción de los savants”. También, dentro de estos trastornos, está el síndrome de Asperger: “Se caracteriza por la dificultad para socializar así como por tener intereses y conductas inusuales. Sin embargo, típicamente no tienen problemas de lenguaje o discapacidad intelectual. Tienen un coeficiente intelectual igual o superior a la mayoría de los niños, mientras que los niños autistas pueden presentar un coeficiente intelectual de cualquier nivel”.

En general, se destacan en las áreas más exactas o de la memoria. El neurólogo Claudio Waisburg, director médico del departamento infantojuvenil del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), señala: “Tienen un perfil de sistematización muy marcado, entonces a veces sobresalen en el área de poder generar razonamientos concretos, matemáticos, lógicos, de cálculo, pero tienen muchas dificultades en aspectos que tienen que ver con la empatía o la interacción con otros”.

Pero, ¿de dónde surge este trastorno en el desarrollo que a veces se conjuga con dichas habilidades? Schteinschnaider afirma: “No existe un argumento científico que explique la disociación que hay entre una misma persona que en general funciona con un retraso mental y sorprendentemente puede realizar cálculos matemáticos que una persona normal sólo podría hacer con una calculadora, o cálculos de calendario más sorprendentes aún como por ejemplo decir en segundos qué día de semana cayó determinada fecha”.

Fuentes: Diario Clarín, 24/04/13.